Coworking, o la diferencia entre el Barcelona y el Madrid

¿Metería Messi tantos goles si jugara en el Madrid?, yo creo que no, ¿Metería Ronaldo más goles si jugara en el Barcelona?, pues creo que tampoco. Messi no podría meter goles en un equipo que no comparte, y si Ronaldo no comparte, tampoco va a poder aprovechar la generosidad de los otros. 

El Barcelona gusta, mientras que el Madrid muchas veces cae antipático. Las empresas basadas en jerarquías, donde se fomenta la competencia, para que los trabajadores se sientan retados a ser mejores también me caen antipáticas. Me gustan las empresas o los lugares de trabajo, donde no se tiene miedo a ser generoso, a compartir los conocimientos que se tienen, porque creo que ahí ganan todos, y probablemente el que más gana es el que más comparte. 

De pequeñitos somos egoístas, nuestros padres y profesores nos enseñan a compartir los juguetes y, a jugar juntos, ¡que descubrimiento! Los primeros amigos se  hacen compartiendo los juguetes. Pero cuando vamos creciendo nuestra sociedad occidental nos empuja a rivalizar, a destacar por encima de los otros, a no compartir para no dar ventaja al enemigo. Creo que una de las causas de esta crisis es precisamente ese egoísmo que la sociedad ha hecho consustancial a la etapa productiva de la persona, a esa falta de juego en equipo, de  solidaridad que crea una sociedad donde prima la competencia.

Quiero una sociedad que se ayude, que avance al unísono, sinérgica, amigable y amistosa.  Por eso me gusta el coworking, y por eso hemos creado ecoworking,  porque quiero compartir, quiero disfrutar, y quiero progresar; y porque estoy convencido de que luchando solo no voy a llegar muy lejos.