Las praderas de posidonias dominaban, en otro tiempo, el mar mediterráneo. Hoy su situación es más complicada y la población ha disminuido drásticamente. Es muy importante la conservación de estas praderas marinas porque en ellas habitan gran número de especies de todos los taxones. Un reciente estudio de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, incluido en el proyecto LIFE Posidonia Andalucía, ha identificado un total de 211 taxones (entre algas, peces e invertebrados) que viven en las praderas, a los que hay que sumar los organismos epífitos, que viven sobre la superficie de las posidonias. El estudio se ha llevado a cabo en 13 praderas, de las cuales 10 están situadas en el litoral almeriense, dos en el malagueño y una en el granadino.
Lo primero que hay que decir sobre la Posidonia oceanica es que es una especie endémica del mar mediterráneo. Por lo tanto, no existe de forma natural en ningún otro punto del planeta. Lo segundo es que es una planta acuática, es decir, una planta como las terrestres pero adaptada al medio acuático. No es un alga. Tiene raíces, tallos y hojas largas (de hasta un metro de largo) y produce flores, en otoño, y frutos, en primavera.
La importancia de las praderas de posidonias y su papel ecológico es enorme: alberga a una elevada cantidad de seres vivos, sirve como alimento y lugar de refugio y reproducción, cada metro cuadrado de pradera emite hasta 20 litros de oxígeno al día, produce y exporta biomasa a los ecosistemas vecinos, contrarresta un excesivo transporte de sedimentos, frena la erosión de los litorales… Cada metro lineal de pradera que se pierde implica la pérdida de varios metros de playa por la erosión. Antes mencionábamos los 211 taxones descritos en el estudio de las praderas. De estos, 49 son algas, 41 peces y 121 invertebrados. Entre las especies animales que podemos encontrar están caballitos de mar, estrellas de mar, sepias, lubinas, peces aguja, morenas, gobios, doradas, plumeros de mar, esponjas o las nacras (bivalvos de gran tamaño, son como mejillones gigantes que solo habitan en el mediterráneo).
La extensión de las praderas está en regresión debido a la acción antrópica. La posidonia es muy sensible a los agentes contaminantes, por lo que se considera un bioindicador de calidad ambiental. Se enfrenta también a otros problemas como la pesca de arrastre que arrasa el fondo marino, los deportes náuticos que hacen daño a las praderas con las anclas, los hidrocarburos y los residuos sólidos, los diques que rompen la dinámica costera, la eutrofización de las aguas costeras que favorecen el crecimiento de algas en detrimento de las posidonias y las caulerpas. Las Caulerpas sp. son algas tropicales que fueran introducidas en los años 80 en el mediterráneo cuando el Museo Oceanográfico de Mónaco decidió limpiar sus acuarios vertiendo al mar aguas con esta especie, que se ha extendido de forma muy agresiva ocupando el lugar de las posidonias. Por todo lo que ya hemos enumerado aquí, es muy importante llevar a cabo acciones gubernamentales, de organizaciones o individuales para la conservación de las posidonias, porque en ellas está la clave para conservar la biodiversidad del mar meditarráneo.
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