El enésimo capítulo del Algarrobico

El del Agarrobico es un caso que está dando mucho que hablar y se ha convertido en un símbolo de la lucha ecologista por mantener las costas vírgenes. Durante muchos años no han parado los cambios, pasando de ser un hotel legal, a uno ilegal. ¿Y ahora a uno legal, otra vez? El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha anunciado que este hotel está ubicado en suelo urbanizable, a pesar de la anterior decisión del TSJA que fue justo la contraria. Está levantado sobre el paraje El Algarrobico, de ahí que se le conozca como Hotel El Algarrobico, en Carboneras, Almería, dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Uno de los paisajes más áridos de Europa. Se trata de una gigantesca construcción de 21 plantas y 441 habitaciones que está a solo 14 metros del mar. En los últimos días, la sección tercera de la sala de lo contencioso-administrativo del TSJA ha dictaminado que el edificio está sobre suelos “urbanos y urbanizables”, a pesar de estar a pie de playa. Los ecologistas, que van recurrir la sentencia, están enfadados no solo por la sentencia en sí, sino también por los raros acontecimientos que la han predecido. Y es que, hasta hace unas semanas, el caso era llevado por la sección primera de la sala de lo contencioso-administrativo del TSJA. Todas las decisiones emitidas por esta eran contrarias al Algarrobico. Pero el 24 de febrero, la Sala de Gobierno del TSJA decidió cambiar el caso de la primera a la tercera sección. Ya en su momento, Greenpeace denunció una “infracción de las normas de reparto”. Tanto Greenpeace como Ecologistas en Acción van a recurrir la sentencia y la Junta de Andalucía también se plantea hacerlo. Pero ¿de dónde viene este conflicto? Lo vemos.

En 1994, la Junta de Andalucía crea el PORN (Plan de Ordenación de Recursos Naturales), según el cual el paraje Algarrobico no es urbanizable. En 1997, la Junta cambia el grado del Algarrobico para hacerlo urbanizable sin necesidad de exposición pública ni expediente alguno. En 2001, la empresa Azata del Sol solicita licencia al Ayuntamiento de Carboneras para construir el hotel, licencia que fue concedida en 2003. Ese mismo año comienza a construirse. En 2005, Ecologistas pide que se investigue el caso. Meses después, el Ministerio de Medio Ambiente empieza los trámites para la expropiación del Algarrobico puesto que no se respetan los 100 metros que debe haber hasta la costa. Un año después, el juzgado número 2 de Almería decide paralizar la obras de forma cautelar. Así llevan desde entonces. En 2007, el Consejo de Ministros declara de utilidad pública el Algarrobico. Lo ratifica la Audiencia Nacional en 2008 y la Junta aprueba un nuevo PORN en el que el Algarrobico pasa de ser una “zona de especial protección no urbanizable” a un “área degradada”. En 2012, el TSJA dictamina en firme que el suelo debía ser no urbanizable de especial protección, de acuerdo al PORN de 1994. En 2014, el TSJA sentencia que el suelo es urbanizable y que así lo recogía el PORN de 1994. En lo único que sí coinciden las dos sentencias es en declarar nulo el PORN de 2008 y en tomar como única referencia válida el de 1994. ¿Cómo es posible que haya dos sentencias contrarias basándose en lo mismo? Pues la confusión viene de la modificación del PORN que la Junta hizo en 1997, haciendo urbanizable el Algarrobico. La modificación se basó en la constatación de un error, según la sección tercera. Sin embargo, la primera, en su sentencia de 2012, cree que la modificación "no tiene validez alguna, porque no reunía los mínimos requisitos de la corrección de errores". La empresa Azata del Sol reclama que cuando compró los terrenos en 1999 la modificación era vigente. El hotel del Agarrobico ha pasado por varias fases que van desde el anuncio en 2006 del Presidente de la Junta de que iba a ser demolido, pasando por varias sentencias desfavorables, a una que lo coloca en suelo urbanizable. Sin embargo, esta última decisión no implica que se vaya a permitir la apertura del hotel, puesto que acumula muchos fallos. Y aún falta por ver dónde llevan los recursos de los ecologistas.