Alcanzando Kioto

El último informe anual de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA), publicado a principios de Junio, muestra que en el año 2012 la Unión Europea había conseguido reducir cerca de un 20% sus emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que se encuentra en el buen camino para alcanzar lo establecido en el protocolo de Kioto en el año 1990.

Pero a pesar de haberse reducido de forma general las emisiones, no todos los países que forman la Unión han alcanzado sus compromisos. En un primer momento, cuando se firmó el protocolo, las tasas de reducción de emisión no se repartieron por igual; a cada país se le asignó una tasa, de manera que algunos tenían que reducir sus emisiones y otros, como España, tenían permitido aumentarlas.

De esta manera nos encontramos con países como Alemania, Bélgica, Francia y Reino Unido que superan con creces la reducción establecida, otros como Grecia, Portugal y Suecia, que tenían permitido el aumento de sus emisiones no llegan al máximo de estas y en el caso de Suecia incluso las ha reducido de manera espectacular. En el punto opuesto encontramos a Dinamarca, Italia y Luxemburgo, que no han conseguido las reducciones establecidas, pero que se encuentran en una mejor situación que Austria, que debía reducir y en su lugar a aumentado emisiones; y España que ha emitido más de lo que se le había asignado.

El caso de nuestro país es preocupante, ya que las emisiones permitidas se superaron muy poco tiempo después de la firma del tratado, por lo que desde hace años los sucesivos gobiernos se han visto obligados a comprar derechos de emisión.

Se piensa que las reducciones de las emisiones producidas de manera generalizada en la Unión Europea durante los últimos años, se deben principalmente a la crisis en la que nos hallamos inmersos, por la reducción de la actividad industrial y la disminución del uso del transporte, principalmente el privado.

Esto nos hace plantearnos algunas cuestiones como ¿Es necesario vernos envueltos en una crisis económica para que nos veamos obligados a alcanzar los objetivos del Protocolo?, ¿No sería más lógico, incluso rentable, invertir en investigación e implantación de energías renovables en lugar de comprar derechos de emisión?